lunes, 29 de junio de 2020

Lectura y análisis sobre "Hombre de la esquina rosada” e “Historia de Rosendo Juárez"

Cuento publicado en “Historia universal de la infamia” año 1935. Un contexto atravesado por la década infame, una herida que dio paso a fraudes electorales, un gobierno militar y a una economía devastada. Lo cual nos lleva hacia una conexión con la historia de Rosendo Juárez, un guiño hacia la historia de Argentina.


En el cuento, la esquina representa un punto de encuentro, donde se hayan historias jamás contadas o quizás... mal contadas. Un espacio donde el tiempo corre al observar la ciudad, sus personajes típicos harán de él historias donde el lenguaje popular intensifica el argumento de las anécdotas, como parte de las mismas. La esquina implica movimiento, un ir y venir, entre el día y la noche. Aquí es donde surgen las imágenes de los personajes populares y su respectiva reputación. Borges aborda la escritura literaria como elemento espacial y temporal. Es por eso que busca lugares donde el tiempo se condensa y se comprime.

Por otro lado, la figura de Rosendo Juárez, el Pegador, es la de un compadrito. “Los mozos de la Villa le copiábamos hasta el modo de escupir” dice el primer narrador. El cual afirma con aires de grandeza la falta de experiencia de sus oyentes con respecto a los hechos ocurridos en el relato. Esta posición de oyente, más adelante veremos que la toma el mismo escritor, Borges. Por otro lado, Rosendo era un hombre admirado por su coraje y su destreza como cuchillero, atributos que lo llevaron a ser un “verdadero hombre” para la sociedad. Quien surge a través del relato mítico, el tango. La voz de los suburbios y de lo prohibido. El compadrito se refugiará entre el baile, la noche y la sangre, la única vida que ha conocido pues el destino lo hizo guapo.

El narrador inicial es quien tiene la voz de aquella esquina, al sentirse escuchado por sus oyentes, experimenta un sentimiento de poder, autoridad y saber. Demostrando tener la veracidad de los hechos, pero es posible que haya una manipulación sobre la historia, utilizando el lenguaje popular como medio, el lunfardo. En lo personal creo que aquí se encuentra un primer guiño hacia la década infame haciendo conexión con hechos de fraude y la centralización de poder de un gobierno militar. Luego más adelante nos presenta la disputa de territorios entre los guapos del Norte y los del Sur. Lo cual nos demuestra un paréntesis ante la llamada del norteño, Francisco Real, para pelear contra Rosendo. Mientras que el mismo, era un guapo del Sur. Es importante pensar qué significado tiene el Sur en el mundo borgeano. Como elemento literario hace referencia a la muerte y a la felicidad, quizás una nueva historia por comenzar, la búsqueda de una nueva vida sepultando al “yo” del pasado. Pero esto se analizará más adelante en “La historia de Rosendo Juárez”.

Continuando con el primer narrador, el compadrito, se observa un sentimiento de furia por el acto de cobardía de Rosendo. Expresa, “Sin embargo, una noche nos ilustró la verdadera condición de Rosendo”. Entonces, decide terminar lo que Juárez no pudo hacer, matar al Corralero para restablecer el valor perdido. Un atributo que se gana con aires de fanfarrón que emerge de la traición y la violencia. Mientras que el segundo narrador, Borges aquél oyente sin experiencia ante la realización de los hechos, reflexiona acerca de su origen. Conduciendo siempre a un por qué hacia la existencia humana, lo que lleva a la conclusión de que no somos nadie en este mundo. La eternidad no existe más que momentáneamente y en nuestra mente. La vida es efímera, el placer y el dolor también. “Agarró el lado más oscuro, el del Maldonado; no lo volví a ver más” quizás la condición de orillero limite su perspectiva sobre los espacios, es probable que la oscuridad se sitúe en el mismo almacén y no en Maldonado, ya que el hombre rechaza y teme a aquello que desconoce. “...yo era apenas otro yuyo de esas orillas, criado entre las flores de sapo y osamentas.”.

Esta frase final, nos permite adentrarnos hacia la continuación de este relato. “Historia de Rosendo Juárez” cuento publicado en 1970 en “El informe de Brodie”. Año en el que Argentina se encontraba el “Proceso de Reorganización Nacional” a cargo de Juan Carlos Onganía. Aquí podemos observar el paso del tiempo, el avance del modernismo.

El primer narrador es el autor, un Borges ficticio quien pasa a ser un oyente de Rosendo, el cual va a enmendar la verdad a través de la escritura. “Serían las once de la noche; yo había entrado en el almacén, que ahora es un bar...” expresa Jorge Luis, determinado el tiempo y espacio donde él mismo se encuentra. Recordando a la antigua Buenos Aires, la cual solo permanece en su memoria. El encuentro permanece en el año 1930. El tiempo marca cambios y Borges presenta el duelo de sus recuerdos a través de la escritura. En el cuento, almacén ahora es un bar, lo que implica la falta de cuchillos y duelos, aunque la violencia sigue vigente desde el poder en manos de una dictadura cívico-militar. Se puede observar una mutación de una historia atravesada por la sangre del pasado.

El segundo narrador es Rosendo Juárez, quien le cuenta a Borges la verdad de lo ocurrido aquella noche cuando el Pegador se transformó en cobarde en el primer relato. “Durante años me hice el Moreira, que a lo mejor se habrá hecho en su tiempo algún otro gaucho de circo” expresa Rosendo. Aquí da cuenta de su posición como un orillero del espectáculo, al que el arrabal lo aclamaba por su condición de fanfarrón farandulero. Un hombre a quien todos respetaban por manchar su historia con sangre. Cuando Rosendo se va del almacén, se va a Uruguay, luego regresa a Buenos Aires, en San Telmo donde expresa que “ha sido siempre un barrio de orden”.

Este personaje se aleja de su posición de hombre corajudo del Sur, reflexiona y se da cuenta de que no valía la pena continuar con esa vida. Al observar a su rival expresa “...me vi como en un espejo y me dio vergüenza". En el mundo borgeano, los espejos reflejan los sectores alucinantes de la misma, quizás es por ello que muchos personajes de Borges experimentan una revelación ante la vida que llevan. El reflejo actúa como una puerta hacia la realidad, el yo y el otro yo, y en ella la disputa entre la verdad y la mentira. Por otro lado, es importante destacar la posible vivencia de Rosendo a través de los tiempos. En lo personal, a esto lo observo en los años de publicación de los cuentos. Entre lo transversal, lo posible y la existencia de otros mundos, junto con el yo de cada tiempo. En el primer cuento el final avanza sobre un narrador que cuestiona el ser actual de los personajes. El “no somos nadie” se sujeta a la determinación de un sujeto, como emergente de los suburbios. La sociedad construyó a este personaje. “La policía y el partido me fueron criando forma de guapo; fui un elemento electoral de valía en atrios de capital y de la provincia” dice Rosendo, sintiéndose acorralado de su pasado. Él había visteado con Garmendia, a quien mató en su primer duelo. Dando inicio a su reputación, su nombre, el respeto y la presión policial. Quizás el personaje solo estaba sumergido entre la autoridad que ejercía su nombre, pero en el fondo sabía que al observar al norteño su imagen no era la que él percibía, sino la de un fanfarrón corajudo. “Yo iba por la derecha del callejón y él iba por la izquierda” así es como se determina la barrera entre el norte y el sur, donde la realidad borgeana se muestra a través reflejo.

Es así como el fin conduce de Maldonado a San Telmo, un barrio donde la nostalgia del arrabal se encuentra en cada sitio. Reviviendo el relato de una historia a través del tango, desde una raíz infame.


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