Jorge Luis Borges
24 de agosto
de 1899, ciudad de Buenos Aires. Nace un niño Jorge Luis Borges. Su nombre, se
alojaría en bibliotecas universales, trascenderá en el mundo de las letras para
volverse eterno hacia los sitios alucinantes de la realidad borgeana.
«De todos
los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás
son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de
su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la
espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una
extensión de la memoria y la imaginación.”. Jorge Luis Borges, escritor de
poemas, cuentos, ensayos y traductor argentino, quien aún en nuestros días
conmueve con su prosa, profunda e incomparable adentrándose en la memoria de
sus lectores. “Cada poema, cada cuento, cada ensayo, aparece sin duda como una
unidad” expresa María Teresa Gramuglio en “Historia de la Literatura
Argentina”. Sus obras están envueltas de cambios y multiplicidades,
acentuándose en la noción de la escritura como una fase combinatoria. Su figura
parece proponerse como la del escritor por antonomasia y esto se debe sin duda
a su reconocimiento universal.
Ahora bien,
es importante retroceder en el tiempo hacia 1899 para poder entender su
contexto familiar, compuesto por sus antepasados, fundadores y guerreros.
Piglia, en “ideología y ficción en Borges” nos habla de aquellos linajes que se
entrelazan con la historia familiar del escritor. Por un lado, los antepasados
fundadores, los guerreros y por el otro, la investigación de los antepasados
literarios, los precursores, el reconocimiento de los nombres que organizan el
linaje literario. Puesto que la
escritura de Borges constituye siempre una estirpe y esto se debe a las
diferencias culturales entre sus padres. La literatura en su vida es vivida
siempre como una herencia transmitida por el padre. Y es de tal magnitud, que a
pesar de los años él se ve y se siente allí. Leyendo boca abajo, frente a la
biblioteca de su padre, su legado. Y es así como el destino de la escritura
comienza a transformase en una promesa. Siendo el núcleo básico de la ideología
de Borges, lo que dará inicio a su ficción, entre la memoria y la biblioteca.
Una leyenda familiar que se apropia de la historia.
Si
analizamos el cuento “el guerrero y la cautiva” observamos el manifiesto de
estos dos linajes de los cual hace referencia Piglia. Se observa como una
persona es capaz de incorporar culturas diferentes a la suya, haciéndolas
propias. Ambos personajes se interponen en una cultura, dando paso a la pérdida
de la propia. Borges al final del cuento expresa “Acaso las historias que he
referido son una sola historia. El anverso y el reverso de esta moneda son,
para Dios, iguales.” lo que da cuenta del relato de historias diferentes, pero
con un mismo destino. Por un lado, el guerrero comienza a convivir dentro del
imperio y más tarde se apropia de las costumbres de los habitantes, su cultura
y dentro de esta, su idioma. Por otro lado, la historia de la abuela de Borges.
Quien se encuentra con una muchacha, la cual había sido rescatada de un malón
por los indios. Mientras que en el diálogo la abuela de Borges, pudo comprender
que su lengua había muerto por falta de uso. Pronto había tomado al igual que
Droctulft las costumbres, la cultura y el lenguaje de los indígenas. “Quizá las
dos mujeres por un instante se sintieron hermanas, estaban lejos de su isla
querida y en un increíble país.”.
En Jorge
Luis, la cultura y la clase se vinculan con la herencia y el linaje. Como
explica Nicolás Rosa, escribir sobre Borges significa escribir con Borges.
Entrar en el mundo borgeano implica conocer diferentes facetas del escritor, el
Borges poeta, cuentista o el de las puras ficciones. Cada parte forma una
unidad, logrando un equilibrio literario. Dejando a su vez un signo de
complicidad hacia el lector, acudiendo al recurso de las citas. Su escritura se
mezcla con la sangre de su pasado, pero también afirma que es importante
reconocer obras, idiomas, etc. Porque independientemente de las vicisitudes de
nuestra sangre, estamos entrelazados en diferentes culturas, ya sean griegas,
romanas,etc. Sin dudas, es importante destacar que Borges dio inicio a la
literatura en el siglo XX. Su punto de partida nace en el año 1918 junto con un
movimiento artístico y literario proveniente de España llamado Ultraísmo. Esta
actividad vanguardista surge mediante los gritos de renovación y oposición
contra el modernismo, el cristianismo y el marxismo. Más tarde, en 1919 el escritor
se desvincularía de este movimiento, pero seguiría en contacto con el mismo,
dando inicio a sus primeras reflexiones y experiencias poéticas. Dando paso
hacia la búsqueda de un lenguaje capaz de prescindir de circunstancias y nexos
causales con el fin de producir emociones y sensaciones en estado puro. En sus
poemas se puede observar una ruptura del lenguaje, haciendo uso de la metáfora
como elemento privilegiado del verso. En esta década se observa a Oliverio
Girondo con “Veinte poemas para ser leídos en el tranvía” y a Borges con
“Fervor de Buenos Aires” su primer poemario escrito en 1923, envuelto en una
escritura con aires de renovación, el comienzo de un cambio dentro de la
literatura argentina.
Borges rompe
con el siglo XX, se instaura como una figura clave tanto para la literatura en
habla hispana como para la literatura universal. Aborda temas metafísicos y
observa a la realidad como un conjunto de percepciones. Luego en la década del
treinta con el comienzo de una fractura histórica consecuente de la llamada
“década infame” se observan aperturas y cierres en las obras de Borges. En
“Historia universal de la infamia” se observa como temas centrales, el barrio,
la vida y la poesía de Evaristo Carriego. Se observa a la biblioteca como un
paraíso perdido. Su escritura será destinada hacia la lectura, libros, autores,
tiempo, realidad, identidad y sentido del universo. Añadiendo también temas
literarios y metafísicos. Allí conversarán la escritura y las citas. El libro
logrará incorporarse a la ficción, como objeto en el interior del texto.
Los textos
borgeanos proponen signos, los cuales operan en tiempo y espacio. “Un autor que
trasciende sus fronteras para ser parte de la literatura universal” Alan Pauls.
El tiempo es muy importante y lo demuestra con la presencia del tigre, un
animal sin tiempo. Este tema será una de sus mayores preocupaciones
metafísicas, así como el “yo” y la perduración del mismo en el tiempo. Aquella
eternidad que aparece como temas momentáneos de la mente. Observa también al laberinto
como un tiempo lineal y cíclico. Sus textos harán una fuga de la obra
incorporando la intertextualidad, como una huella de lectura, haciendo a su vez
uso de la crítica. “Ordenar una biblioteca es ejercer silenciosamente el arte
de la crítica literaria”. En este punto se encuentran ambos Borges el personal
y el público, heredero de una memoria, la biblioteca y por esas ironías de la
vida, los libros de la noche.